RESUMO
El objetivo en la cirugía de un tumor cerebral es la máxima resección tumoral con el menor déficit postoperatorio sin embargo ello no siempre es posible principalmente en el caso de lesiones cercanas a áreas funcionales. A pesar de uso de numerosas técnicas de imágenes en el preoperatorio e intraoperatorio, el resultado funcional no es conocido sino hasta después de la cirugía cuando el déficit es irreversible. La cirugía con el paciente despierto es una técnica segura y que permite evaluar el estado neurológico durante el acto quirúrgico y detectar precozmente cualquier deficit en la función logrando optimizar los resultados de la resección tumoral. Presentamos el primer reporte de caso en el Perú de Cirugía con el Paciente Despierto para la resección de Gliomas de bajo Grado, realizada en el Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen en febrero del 2008.
The aim in the surgery of a cerebral tumor is the maximum tumor resection with the minor neurological postoperative deficit nevertheless it not always is possible principally in case of injuries near to functional areas. In spite results is not known but after surgery when the deficit is irreversible. The awake patient surgery is a safe technique and that it allows to evaluate the neurological state during the surgical act and to defect prematury any deficit in the function, obtaining to optimize the results of the tumor resection. We presented the firts report of case in Peru of Awake Patient Surgery for low grade glioma resection, realized in the National Hospital Guillermo Almenara Irigoyen in February 2008.
Assuntos
Masculino , Humanos , Pessoa de Meia-Idade , Craniotomia , Craniotomia/métodos , Glioma , PeruRESUMO
La neurocisticercosis ha sido por muchos años una preocupación importante para los neurocirujanos de los países en desarrollo, particularmente de Asia, Africa y América Latina, existiendo una profusa literatura en estas áreas geográficas. La cirugía ha sido siempre considerada como tratamiento sintomático de esta enfermedad parasitaria, sin embargo los más importantes aportes se han dado recién en las dos útimas décadas y así hemos mejorado mucho en el diagnóstico con la aparición de la TAC al final de los años 70 y la RMN al final de los 80; por esta época también fueron introducidas las pruebas de Elisa y Western Blot, técnicas para el diagnóstico inmunológico de gran sensibilidad, que siguen siendo extraordinariamente útiles. Durante las cuatro décadas anteriores, operamos 237 pacientes con neurocisticercosis y realizamos 494 tipos de procedimientos quirúrgicos distintos. Dada la facilidad de diagnóstico (Elisa, Western Blot, CAT y RNM) entre 1994 y 2003 tuvimos solamente 52 casos. Muchos casos fueron tratados por neurólogos o médicos generales. La forma racemosa de cisticercosis estuvo presente en casi la mitad del número total. La hipertensión intracranial fue la forma más común de presentación clínica y por ello 43 de 52 casos requirieron una derivación del LCR y 27 de 43 derivaciones fueron requeridas como único procedimiento quirúrgico posible. Craneotomía fue requerida sólo en 10 casos y 12 casos fueron tratados con neuroendoscopía. confirmamos que la neuroendoscopía es una técnica útil en el tratamiento de la cisticercosis ventricular, con extirpación de quistes y membranas en 9 casos. Fenestración de III Ventrículo fue ralizada en 5 casos. En 3 casos fue necesario también fenestración de septum pellucidum. Dado que la localización ventricular de la cisticercosis es muy frecuente (27 casos) recomendamos la exploración intraventricular con el uso de técnicas neuroendoscópicas.
Assuntos
Humanos , Masculino , Adulto , Feminino , Pessoa de Meia-Idade , Neurocisticercose/cirurgia , Neurocisticercose/terapia , Estudos RetrospectivosRESUMO
En el presente trabajo, hacemos una breve reseña histórica, desde la época de Sir Victor Horsley que en 1885 operó un paciente que tenía aneurisma cerebral, hasta la época actual de introducción de las técnicas endovasculares, considerando que del 1 al 5 por ciento de la población mundial puede tener un aneurisma, coincidimos que ellos son la mayor causa de hemorragia subaracnoidea. Revisamos la patogenia con sus dos líneas congénita y adquirida, dándose énfasis a la posibilidad genética. Se describen los tipos de aneurisma, así como los factores de riesgo y se analizan las características de la presentación clínica y las diferentes escalas de graduación para finalmente llegar al diagnóstico con la TAC, Anglio TAC, Resonancia Magnética y Angioresonancia, sin descuidar la clásica angiografía cerebral, particularmente la intraoperatoria, que resulta en una precoz verificación de la acción quirúrgica. Finalmente, se describe nuestra casuística microquirúrgica desde enero 1983 hasta julio del 2001, lapso en el cual hemos operado 731 aneurismas en 608 pacientes, con ligero predominio del sexo femenino entre ellos, habiéndose presentado en forma predominante entre la quinta y sétima década de vida. Se ha utilizado la clasificación de Fisher en la TAC y Hunt y Hess en la clínica, mostrándose localizaciones predominantes en el sifón carotideo, cerebral media y comunicante anterior. Siendo muy pequeño el porcentaje de localizaciones en el sistema vértebrobasilar. Estos resultados sugieren que esta patología puede ser tratada eficientemente en nuestro medio, debiéndose señalar que en los últimos años hemos puesto especial interés en el tratamiento microquirúrgico precoz, es decir en la primeras 72 horas de establecida la HSA.