RESUMO
The painful hip has been a topic of study that has evolved from the beginning of the last century to the present. The clinical approach is complex, and requires a systematization process associated with good questioning, clinical maneuvers with their corresponding interpretation, and complementary imaging studies. The understanding of hip pathology, especially in young adults, is highly simplified and sometimes underdiagnosed, therefore, not treated in a timely manner. The prevalence of painful hip is more common in males (49 to 55%) than in females (25 to 28%), and the causes may vary according to demographic characteristics and the history of each patient. Bryan Kelly, made a topographic and anatomical description of the approach to the painful hip according to the theory or system of the layers: I. Osteochondral layer; II. Inert layer; III. Contractile layer; and IV. Neuro-mechanical layer. This system helps us understand the anatomical site of pain and its clinicopathological correlation. The semiological approach to hip pain is the fundamental pillar for differential diagnosis. We can divide it according to its topography into anterior, lateral and posterior, as well as according to its chronology and characteristics. The physical examination should be carried out systematically, starting from a generalized inspection of gait and posture to the evaluation of specific signs for alterations in each layer, which evoke pain with specific postures and ranges of mobility, or weakness and alterations in the arc of mobility of the joint. Image evaluation is initially recommended with radiographic projections that evaluate different planes, both coronal, sagittal and axial, complemented with panoramic views, and eventually dynamic sagittal ones if necessary. Requesting specific studies such as tomography to evaluate bone structure and reserve, or simple MRI when there is suspicion of soft tissue affection, or failing that, arthroresonance for joint pathology, will depend on the clinical symptoms and radiographic findings.
La cadera dolorosa ha sido un tema de estudio que ha evolucionado desde principios del siglo pasado hasta la actualidad. El abordaje clínico es complejo y exige un proceso de sistematización asociado a un buen interrogatorio, maniobras clínicas con su interpretación correspondiente y estudios de imagen complementarios. El entendimiento de la patología de cadera, sobre todo en adulto joven, es altamente simplificado y en ocasiones infradiagnosticado, por lo tanto, no tratado en tiempo y forma. La prevalencia de cadera dolorosa es más frecuente en el sexo masculino (49 a 55%) que en el femenino (25 a 28%), y las causas pueden variar de acuerdo a características demográficas y a los antecedentes de cada paciente. Bryan Kelly realizó una descripción topográfica y anatómica del abordaje de la cadera dolorosa de acuerdo con la teoría o sistema de las capas: I. Capa osteocondral; II. Capa inerte; III. Capa contráctil; y IV. Capa neuromecánica. Este sistema nos ayuda a entender el sitio anatómico del dolor y su correlación clínico-patológica. El abordaje semiológico del dolor de cadera es el pilar fundamental para el diagnóstico diferencial. Podemos dividirlo de acuerdo con su topografía en anterior, lateral y posterior, así como de acuerdo a su cronología y características. La exploración física debe realizarse de manera sistemática, iniciando desde inspección generalizada, de la marcha y postura hasta la evaluación de signos específicos para alteraciones en cada capa, los cuales evocan dolor con posturas y arcos de movilidad específicos, o bien debilidad y alteraciones en el arco de movilidad de la articulación. La evaluación por imagen se recomienda inicialmente con proyecciones radiográficas que evaluen diferentes planos, tanto coronal, sagital y axial, complementado con panorámicas, y eventualmente sagitales dinámicas de ser necesarios. Solicitar estudios específicos como tomografía para evaluar estructura y reserva ósea, o bien, resonancia simple cuando hay sospecha de afección a tejidos blandos, o en su defecto, artrorresonancia para patología articular, dependerá de la clínica y los hallazgos radiográficos.