RESUMO
Introducción: la relación entre la comida y los estados de ánimo ha sido el foco de atención en las últimas décadas. El ser humano fue elaborando todo un ritual en torno a la comida que va más allá de la mera necesidad fisiológica. Objetivos: estudiar la influencia del género sobre las preferencias gustativas y el perfil emocional durante la ingesta de estudiantes universitarios concurrentes al Ciclo Básico Común (CBC) de la Universidad de Buenos Aires (UBA); conocer la influencia del estado nutricional y el patrón del sueño sobre las variables estudiadas. Materiales y métodos: estudio observacional y transversal, realizado sobre una muestra no probabilística de 500 estudiantes universitarios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires categorizados por sexo. Variables en estudio: perfil emocional durante la ingesta (por cuestionario de comedor emocional de Garaulet et al.) y preferencias gustativas controladas por estado nutricional según IMC y horas de sueño. Análisis estadístico mediante SPSS versión 22.0 para obtener medidas de tendencia central y dispersión, comparación de medias por ANOVA, x2 y prueba exacta de Fisher según tamaño muestral, y correlación de Pearson considerando valores significativos a p<0,05. Resultados: 50,4% mujer y 49,6% varón. IMC promedio: 23,5 (DS=4,3) kg/m2 (68,8% normopeso, 26,2% con algún grado de sobrepeso u obesidad y 5% con bajo peso). El 53,4% dormía entre 7 y 8 horas diarias. El 40,9% de las mujeres prefirió el gusto dulce y fue significativa la diferencia con los hombres que no presentaron preferencia por un gusto en particular (p=0,000). El 42,9% de las mujeres era comedora emocional, con diferencias significativas entre los sexos (p=0,000). Se obtuvo relación directa entre el perfil emocional y el puntaje del IMC (r=0,140; p=0,002) pero inversa con las horas de sueño (r=-0,116; p=0,009). Conclusiones: el perfil emocional durante la ingesta resultó, en esta muestra de estudiantes universitarios, dependiente del género, el estado nutricional y el patrón de sueño. Los comportamientos observados permiten alertar a los profesionales de la salud sobre la necesidad de desarrollar, en las mujeres, prevención y seguimiento respecto de la conducta alimentaria y el estado emocional.