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1.
Med. interna Méx ; 33(3): 381-391, may.-jun. 2017.
Artigo em Espanhol | LILACS | ID: biblio-894274

RESUMO

Resumen En el mundo, la prevalência de sepsis es de más de 19 millones de casos por año, con mortalidad estimada de 30%. Los factores de riesgo identificados más frecuentemente son las enfermedades crónicas (VIH-SIDA, EPOC y neoplasias), así como la administración de agentes inmunosupresores. La población más susceptible de padecer estas complicaciones es la que se encuentra en los extremos de la vida. De los múltiples agentes patógenos, las bacterias son los microorganismos principalmente implicados en la aparición de la sepsis grave. Entre los focos infecciosos, en primer lugar está la neumonía, seguida de infecciones intraabdominales, de las vías urinarias e infecciones primarias del torrente sanguíneo. Se ha demostrado que el tratamiento temprano aumenta la supervivencia de manera significativa. Las intervenciones que deben realizarse incluyen: tratamiento antimicrobiano, resucitación hídrica, apoyo ventilatorio y tratamiento de soporte (profilaxis antitrombótica, control de la glucemia y profilaxis para evitar úlceras gástricas por estrés y nutrición, entre otras medidas).


Abstract Globally, the prevalence of sepsis is more than 19 million cases per year with an estimated mortality of 30%. The most frequently identified risk factors are chronic diseases (HIV-AIDS, COPD and neoplasms) and the use of immunosuppressive agents. The most susceptible popula tion to develop these complications are the ones in babyhood or the elderly. Among the multiple pathogens, bacteria are considered the microorganisms primarily involved in the development of severe sepsis. Within the foci of infection, pneumonia is considered to be the most common, followed by intra-abdominal infections, urinary tract and primary bloodstream infections. It has been demonstrated that early treatment significantly improves survival. Interventions to be performed include antimicrobial therapy, fluid resuscitation, ventilatory support and supportive measures (antithrombotic prophylaxis, glycemic control and prophylaxis to prevent stress gastric ulcers and nutrition).

2.
Med. interna Méx ; 33(2): 151-158, mar.-abr. 2017. graf
Artigo em Espanhol | LILACS | ID: biblio-894247

RESUMO

Resumen ANTECEDENTES: la lesión renal aguda es una disfunción aguda multifactorial. En el periodo posquirúrgico aumenta la mortalidad y morbilidad y existe poca información acerca de lesión renal aguda en cirugías no cardiacas. El gasto urinario es un índice funcional y biomarcador de lesión tubular, aparte de los criterios diagnósticos. OBJETIVO: determinar la incidencia de lesión renal aguda en pacientes posapendicectomía, la existencia de oliguria posquirúrgica y los factores de riesgo de lesión renal aguda. MATERIAL Y MÉTODO: estudio observacional, transversal, retrospectivo, en el que revisamos los expedientes de pacientes sometidos a apendicectomía de febrero de 2015 a enero de 2016 en el Hospital Ángeles Pedregal. Incluimos pacientes mayores de 18 años y excluimos a los pacientes sin control de líquidos. Se definió y clasificó la lesión renal aguda con las guías KDIGO. Los datos demográficos se expresan en medianas. Utilizamos χ2 de Pearson como medida no paramétrica y presentamos datos en razón de momios (OR) con intervalo de confianza (IC) de 95%. RESULTADOS: en 12 meses se revisaron 196 expedientes; 114 pacientes no cumplieron con control de líquidos y se excluyeron, quedaron 82 pacientes para análisis. Encontramos incidencia de 26% de lesión renal aguda, 48% en estadio 1 y 52% en estadio 2. El 62% eran mujeres. La mediana de edad en el grupo de lesión renal aguda fue de 38 años (límites: 18-77). Del grupo sin lesión renal aguda, 54% tuvo oliguria transitoria en recuperación y 21% oliguria transitoria a las cuatro horas. En el grupo de lesión renal aguda, 76% tenía oliguria en recuperación (p=0.097, OR 2.54 IC 95% 0.826-7.820). El 81% tenía oliguria cuatro horas después de la cirugía (p≤0.05, OR 13.66 IC 95% 3.94-47.6), la sensibilidad y especificidad fueron de 80 y 79%, respectivamente; el valor predictivo positivo fue de 56% y el valor predictivo negativo de 92%. CONCLUSIONES: encontramos incidencia similar a la reportada en estudios previos; sin embargo, tuvimos más casos de estadio 2. Encontramos una asociación estadísticamente significativa entre diuresis media horaria a las cuatro horas y lesión renal aguda. La lesión renal aguda en el periodo posquirúrgico se ha relacionado con mal pronós tico, por lo que su detección oportuna para el manejo adecuado es importante. La existencia de lesión renal aguda en nuestra población es considerable y el control estricto de líquidos es indispensable para la detección oportuna, la medición de la diuresis media horaria cuatro horas después de la cirugía puede alertar sobre qué pacientes pueden padecer lesión renal aguda a las 6 y 12 horas, para iniciar la intervención y abordaje oportunos.


Abstract BACKGROUND: Acute kidney injury (AKI) is a multifactorial acute dysfunction. In the postoperative period is associated with more morbidity and mortality and we have little information on AKI in noncardiac surgeries. Urine output (UO) is a functional index and a biomarker of tubular injury. OBJECTIVE: To determine the incidence of AKI in patients post-appendectomy, the presence of postoperative oliguria and risk factors. MATERIAL AND METHOD: An observational, transversal, retrospective study was done. We reviewed records of patients undergoing appendectomy from February 2015 to January 2016 in the Hospital Ángeles Pedregal, Mexico City. We included patients aged 18 years and excluded patients without control of liquids. AKI was defined and classified by KDIGO guidelines. Demographics were expressed in medians. We used χ2 Pearson as parametric measure and present data in OR with confidence interval (CI) 95%. RESULTS: In 12 months, 196 cases were reviewed. 114 patients did not meet fluid control and were excluded, left 82 patients for analysis. We found an AKI incidence of 26%, AKI I, 48% and AKI II, 52%. The median age in the AKI group was 38 years (18-77). From no-AKI group, 54% showed transient oliguria recovering transient oliguria and 21% at 4 hours. In the AKI group, 76% had oliguria in recovery (p=0.097, OR 2.54 95% CI 0.826-7.820); 81% had oliguria at 4 hours after surgery (p≤0.05, OR 95% CI 3.94-47.6 13.66), sensitivity and specificity of 80% and 79%, PPV 56% and NPV 92%. CONCLUSION: We found a similar incidence reported in previous studies; however, we have more AKI II cases. We found a statistically significant association between UO 4 hours and AKI. AKI in the postoperative period has been associated with poor prognosis, so that timely detection for the proper handling is important. The presence of AKI in our population is considerable and strict control of fluids is essential for early detection, UO 4 hours after surgery can alert that patients may have AKI at 6 and 12 hours, starting an intervention.

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