RESUMO
La diarrea en México es una de las causas más importantes de mortalidad y morbilidad en menores de 5 años desde 1922, alternándose con infecciones respiratorias agudas. Problemas propios del subdesarrollo originan tales resultados. La evolución de la mortalidad general por gastroenteritis México 1922-1985, refiriendo algunos datos: en 1922: 50,170 defunciones, 347.3 tasa por 100 mil habitantes; 1942: 93,733 defunciones, tasa 449.2; 1952: 68,593 defunciones, tasa 250.3; 1962: 54,411 muertes, tasa 141.2; 1972: 66,898 defunciones, tasa de 123.4 y 1985: 27,233 muertes, tasa por 100 mil hab. 34.9. Mortalidad por enteritis y enfermedades diarreícas en 1968: 46,037 en población general, 37,835 infantil (78//respecto de la población general) y 1985: 27,233 defunciones de las cuales 19,434 fueron de menores de 5 años (71//respecto de la población general). Por lo que toca a mortalidad por amibiasis, hubo en 1960, 899 defunciones con una tasa de 2.3 por 100 mil habitantes, en 1970 se registraron 2,565 defunciones y la tasa fue de 5.2 y en 1981, con tasa de 2.3, 1,684 defunciones. Aunque en las estadísticas no se distinguen los porcentajes de las zonas rural o urbana, es de esperarse -por su misma situación- que la mortalidad y morbilidad sean mayores en la zona rural
Assuntos
Humanos , Amebíase , Diarreia/mortalidade , Enterite/mortalidade , Indicadores de Morbimortalidade , Diarreia/etiologia , Diarreia/história , Enterite/história , MéxicoRESUMO
Se realizó la valoración de la utilidad de la solución de rehidratación oral de la Organización Mundial de la Salud (SRO-OMS) en niños recién nacidos deshidratados por diarrea aguda. Se estudiaron 16 recién nacidos y los cálculos de la administración de la SRO-OMS se hicieron de acuerdo al grado de deshidratación, en un tiempo no mayor de seis horas. En cada caso se determinó sodio, potasio, bicarbonato, urea y hematócrito séricos al inicio y al final del estudio. Al ingreso, cuatro casos presentaron vómito y la fiebre estuvo presente en nueve casos, mientras que un caso ingresó con hipotermia. La deshidratación moderada predominó ligeramente sobre la leve y hubo predominio franco de la deshidratación isonatrémica, no observándose ningún caso con hipernatremia; así mismo, cinco casos presentaron acidosis al ingreso. En ningún caso se observó déficit o exceso de potasio. La evolución de la diarrea antes del ingreso fue de 74.2 ñ 68.4 horas, el tiempo de rehidratación fue de 5ñ 3.2 horas y las estancia hospitalaria promedio fue de 24 ñ 11.7 horas. Al final del estudio (seis horas) todos los casos con hiponatremia y/o acidosis habían corregido esta situación. No se observó ningún trastorno electrolítico durante el estudio. La solución se administró en biberón por la madre de cada niño, no usándose gastroclisis en ningún caso. El éxito se consiguió en todos los casos estudiados y fue definitivo al no presentar diarrea ni deshidratación en las 48 horas siguientes al egreso. Se concluye que la SRO-OMS sin alternar con agua libre es útil para corrigir el desequilibrio hidroelectrolítico en recién nacidos sin que lleguen a originarse trastornos hídricos y electrolíticos con su uso