RESUMO
Introducción: a lo largo de la historia se han descrito múltiples técnicas para la colocación de sondas enterales pospilóricas para alimentación. En este trabajo se describe la diseñada y utilizada en el Departamento de Apoyo Nutricional del Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional Siglo XXI, con la cual se obtiene un mayor porcentaje de éxito al descrito en la literatura y disminuye la utilización de fluroscopia y endoscopia. Material y métodos: se utilizaron sondas de silicona de 12 Fr, 115 cm de longitud, peso en la punta y guía metálica. Se incluyeron 50 pacientes que no podían utilizar la vía oral. Con el objeto de relajar el esfínter pilórico se les aplicó 10 mg de metoclopramida intravenosa 15 minutos antes de iniciar el procedimiento. El paciente fue colocado en decúbito lateral derecho para alinear el esófago con el píloro y enseguida se introdujo sonda vía nasal hasta encontrar resistencia. La sonda fue retirada parcialmente cuando la aspiración con una jeringa obtuvo material gástrico. Se dejó la sonda una vez extraído líquido biliar. Posteriormente se tomó una radiografía anteroposterior de abdomen para verificar la ubicación de la sonda. Resultados: de las 50 sondas aplicadas, 34 quedaron en alguna porción duodenal o del yeyuno y 16 en el estómago. Con relación a la patología, se trató de pancreatitis en 35 pacientes, enfermedad vascular cerebral en ocho, fístulas traqueoesofágicas en tres y patología hematológica en cuatro. En cuanto a las complicaciones, dos pacientes tuvieron hemorragia nasal mínima y 29 ligera náusea durante el procedimiento. Conclusiones: La posición del paciente y el uso de metoclopramida son determinantes para el éxito de la técnica. Se demuestra que con el procedimiento es posible alcanzar 68 por ciento de éxito en comparación con 50 por ciento promedio en técnicas similares.