RESUMO

The present article problematizes the incorporation of masculinities as a dimension to propel management strategies within the Brazilian National Policy of Comprehensive Men's Health Care (PNAISH). A close reading of masculinities as perceived through their intersectional character may contribute to improving the present context of review of this policy, especially considering that sociocultural characteristics that are essentially Brazilian, such as social inequality and racism, are directly associated with the high morbidity and mortality rates affecting black, young, and poor men as a result of urban violence. It becomes clear that the discourses that view men as subjects that seek health care services only in the presence of worsening symptoms do not recognize the role of social markers of difference, such as social class and race, in producing health inequities. Intersectionality provides a view of health care access as dependent on the territory where men move and on the (social, political) means that influence the recognition of men as rightful subjects. Given that certain masculinities are invisible within the arena of public health care policies, a deeper reading regarding masculinity and health is proposed from a post-structuralist perspective, as a means of thinking and doing men's health. Finally, the article also describes aspects that are essential for the review of the guidelines and policies aimed at this population.

En el presente artículo se plantea la incorporación de la dimensión de la masculinidad para impulsar las estrategias de gestión en la Política Nacional de Atención Integral a la Salud del Hombre (PNAISH) en Brasil. Una lectura detallada de la masculinidad entendida a la luz de su carácter interseccional puede mejorar el contexto actual de revisión de esa política, principalmente al considerar que algunas características socioculturales distintivas del país, como la desigualdad social y el racismo, guardan una relación directa con las altas tasas de morbilidad y mortalidad de los hombres negros, pobres y jóvenes como consecuencia de la violencia urbana. Se observa que el discurso en el cual se considera que los hombres acuden a los servicios de atención de salud solamente cuando se agravan los síntomas carece de información conducente a reconocer que los marcadores sociales de diferencia, como la clase social y la raza, producen inequidades en salud. La interseccionalidad permite tener una visión del acceso a los servicios de salud como algo dependiente del territorio donde circulan los hombres y de los medios (sociales y políticos) que influyen en su reconocimiento como sujetos de derecho. Dado que en determinados casos la masculinidad es invisible dentro del campo de las políticas públicas de salud, se propone una lectura más detallada sobre la masculinidad y la salud en el marco de una perspectiva posestructuralista, que fomente diversas maneras de pensar en la salud del hombre y de realizar la gestión correspondiente. Por último, se describen algunos aspectos indispensables para los procesos de revisión de las directrices de políticas destinadas a esa población.