RESUMO
Objetivo: El litio continúa siendo un fármaco de primera línea para el tratamiento de las distintas fases y tipos de enfermedad bipolar, muy posiblemente debido a su eficacia. El monitoreo es necesario para su prescripción segura debido a su rango terapéutico estrecho, su perfil de eventos adversos y su uso durante extensos períodos de tiempo. Se realiza una revisión bibliográfica sobre el monitoreo del litio y las recomendaciones que de allí se derivan para su aplicación en el ámbito de la asistencia clínica de pacientes con patología bipolar. Método: Búsqueda en biblioteca electrónica (medline) desde 1998 hasta la actualidad de los siguientes términos: monitoreo litio, estudio clínico SILENT (neurotoxicidad inducida por litio), tiroides, tiroiditis de Hashimoto, encefalopatía de Hashimoto y litio, interacciones farmacológicas y eventos adversos. Fueron consultadas la guía de tratamiento canadiense, Canadian Network for Mood and Anxiety (CANMAT actualización 2009) (1)), la National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) (2), aprobaciones de la FDA (Food and Drug Administation, EE.UU.) y la International Society for Bipolar Disorders (ISBD). Resultados: El monitoreo de la concentración plasmática de litio estaría indicado cada 3 meses, o cada cambio de dosis o ante comorbilidad con otra enfermedad (2). Evitar la intoxicación aguda para disminuir el riesgo renal y la neurotoxicidad. Es conveniente tener en cuenta el tiempo de prescripción del fármaco y la edad del paciente, debido a la declinación de la función renal a partir de los 50 años. A los 5 años el daño estructural en el túbulo renal puede convertir a la diabetes insípida en irreversible. A los 10 años la prevalencia de falla renal progresiva ocurre en aproximadamente el 20 % de los pacientes (3, 4). La evaluación clínica del paciente es lo que permite hacer un diagnóstico precoz de neurotoxicidad inducida por litio, los factores de riesgo requieren mayor alerta: edad avanzada...
Objective: Lithium remains a first-line drug for the treatment of the different phases and types of bipolar disorder, most likely due to its effectiveness despite its adverse events. Monitoring is necessary for the safe prescription of lithium, given its narraw therapeutic range, the adverse event profile, and its use for extended periods of time. We revise the literature on lithium monitoring and the recommendations that derive from it, for use in the field of the clinical care of patients with bipolar disorder. Method: From 1998 to the present i serched the following terms in Medline: lithium monitoring, SILENT (lithium-induced neurotoxicity), thyroid, Hashimoto's thyroiditis, Hashimoto's encephalopathy and lithium, drug interactions and adverse events. We consulted the Canadian treatment guidelines, the Canadian Network for Mood and Anxiety (update CANMAT 2009), the National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) and the approvals of the FDA (Food and Drug Administration, USA, and the International Society for Bipolar Disorders (ISBD). Results: the monitoring of lilthium plasma concentration would be indicated every 3 months, or every dose change, or when there is comorbidity with other diseases. It is useful to prevent acute toxicity in order to reduce kidney risk and neurotoxicity. The length of prescription and the patients's age should be taken into account, due to the decline in the renal function past the age of 50. At 5 years, the structural damage in the renal tubule can turn diabetes from insipid to irreversible. At 10 years, progressive renal failure occurs in approximately 20 % of the patients. The clinical evaluation of the patient is what allows an early diagnosis of lithium-induced neurotoxicity; the risk factors demand a higher alert: advanced age, prior neurological disease, medical...
Assuntos
Humanos , Monitoramento de Medicamentos , Lítio/administração & dosagem , Lítio/farmacocinética , Monitorização Fisiológica , Síndromes Neurotóxicas , Transtorno Bipolar/patologia , Transtorno Bipolar/terapiaRESUMO
Objetivo: Revisión bibliográfica del monitoreo de los fármacos utilizados en el tratamiento de la bipolaridad y las recomendaciones que de allí se derivan para su aplicación en el ámbito de la asistencia clínica de pacientes con patología bipolar. Método: Búsqueda en medline y medscape desde 1998 hasta mayo 2011 de los siguientes términos: monitoreo, valproato, lamotrigina, carbamacepina, gabapentina, topiramato, antiepilépticos, trastornos bipolares, interacciones farmacológicas y eventos adversos. Fueron consultadas las guías de tratamiento (CANMAT: Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments, update 2009), aprobaciones de la FDA (Food and Drug Administation, EEUU) y recomendaciones de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Resultados: Los fármacos para los cuales se halló evidencia documentada en bipolaridad, hasta el momento son: valproato, lamotrigina y carbamacepina; no habiendo evidencia que avale el uso de gabapentina o topiramato. Los principales eventos adversos de los antiepilépticos son los del sistema nervioso; requieren evaluación clínica, ya que carecen de un laboratorio específico. Constituye una excepción la hiperamoniemia producida por valproato que puede medirse en el laboratorio y ser causa de encefalopatía o asociarse, con más frecuencia, a trastornos cognitivos. El monitoreo de valproato está recomendado, así como el de amonio. El monitoreo de lamotrigina podría ser útil. La titulación debe ser lenta, para disminuir riesgo de rash potencialmente fatal. Considerar el inicio del tratamiento con monodroga. Se recomienda el monitoreo de carbamacepina y en caso de polifarmacia: el monitoreo del epóxido de carbamacepina. En los tres fármacos considerar interacciones y la posibilidad de toxicidad aún dentro del rango terapéutico (AU)
Objective: Literature review of monitoring of AEDs used in the treatment of bipolarity and the recommendations arising from there for use in the field of clinical care of patients with bipolar disease. Method: Search Medscape and medline from 1998 to May 2011 of the following terms: monitoring, valproate, lamotrigine, carbamazepine, gabapentin, topiramate, antiepileptics, bipolar disorders, drug interactions and adverse events. having consulted in addition to treatment guidelines Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments, update 2009 (CANMAT), approvals of the Food and Drug Administration, USA (FDA) and recommendations of the American Psychiatric Association (APA). Results: Drugs with documented evidence for use in bipolar disorder are: valproate, lamotrigine and carbamazepine, there being no evidence to support the use of gabapentin or topiramate. It is important to consider that the main adverse effects of antiepileptic drugs (AEDs) develop in the Nervous System. These symptoms require clinical evaluation, since they lack a specific laboratory, except hyperammonemia: a parameter measurable in the laboratory, produced by valproate that is associated with encephalopathy and cognitive disorders. Valproate monitoring is recommended, as well as ammonium. Monitoring of lamotrigine may be useful. The titration should be slow always, to avoid risk of potentially fatal rash. Consider, where possible, the beginning of treatment with single drug. Carbamazepine monitoring is recommended and in case of polypharmacey: the monitoring of carbamazepine epoxide becomes useful. In all cases should be evaluated possible interactions and their mechanisms to have in mind the possibility of toxicity symptoms even with plasma dosages within the therapeutic range (AU)
Assuntos
Humanos , Monitoramento de Medicamentos/efeitos adversos , Transtorno Bipolar/patologia , Ácido Valproico/administração & dosagem , Ácido Valproico/uso terapêutico , Ácido Valproico/efeitos adversos , FarmacocinéticaRESUMO
Objetivo: Revisión bibliográfica del monitoreo de los fármacos utilizados en el tratamiento de la bipolaridad y las recomendaciones que de allí se derivan para su aplicación en el ámbito de la asistencia clínica de pacientes con patología bipolar. Método: Búsqueda en medline y medscape desde 1998 hasta mayo 2011 de los siguientes términos: monitoreo, valproato, lamotrigina, carbamacepina, gabapentina, topiramato, antiepilépticos, trastornos bipolares, interacciones farmacológicas y eventos adversos. Fueron consultadas las guías de tratamiento (CANMAT: Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments, update 2009), aprobaciones de la FDA (Food and Drug Administation, EEUU) y recomendaciones de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Resultados: Los fármacos para los cuales se halló evidencia documentada en bipolaridad, hasta el momento son: valproato, lamotrigina y carbamacepina; no habiendo evidencia que avale el uso de gabapentina o topiramato. Los principales eventos adversos de los antiepilépticos son los del sistema nervioso; requieren evaluación clínica, ya que carecen de un laboratorio específico. Constituye una excepción la hiperamoniemia producida por valproato que puede medirse en el laboratorio y ser causa de encefalopatía o asociarse, con más frecuencia, a trastornos cognitivos. El monitoreo de valproato está recomendado, así como el de amonio. El monitoreo de lamotrigina podría ser útil. La titulación debe ser lenta, para disminuir riesgo de rash potencialmente fatal. Considerar el inicio del tratamiento con monodroga. Se recomienda el monitoreo de carbamacepina y en caso de polifarmacia: el monitoreo del epóxido de carbamacepina. En los tres fármacos considerar interacciones y la posibilidad de toxicidad aún dentro del rango terapéutico (AU)
Objective: Literature review of monitoring of AEDs used in the treatment of bipolarity and the recommendations arising from there for use in the field of clinical care of patients with bipolar disease. Method: Search Medscape and medline from 1998 to May 2011 of the following terms: monitoring, valproate, lamotrigine, carbamazepine, gabapentin, topiramate, antiepileptics, bipolar disorders, drug interactions and adverse events. having consulted in addition to treatment guidelines Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments, update 2009 (CANMAT), approvals of the Food and Drug Administration, USA (FDA) and recommendations of the American Psychiatric Association (APA). Results: Drugs with documented evidence for use in bipolar disorder are: valproate, lamotrigine and carbamazepine, there being no evidence to support the use of gabapentin or topiramate. It is important to consider that the main adverse effects of antiepileptic drugs (AEDs) develop in the Nervous System. These symptoms require clinical evaluation, since they lack a specific laboratory, except hyperammonemia: a parameter measurable in the laboratory, produced by valproate that is associated with encephalopathy and cognitive disorders. Valproate monitoring is recommended, as well as ammonium. Monitoring of lamotrigine may be useful. The titration should be slow always, to avoid risk of potentially fatal rash. Consider, where possible, the beginning of treatment with single drug. Carbamazepine monitoring is recommended and in case of polypharmacey: the monitoring of carbamazepine epoxide becomes useful. In all cases should be evaluated possible interactions and their mechanisms to have in mind the possibility of toxicity symptoms even with plasma dosages within the therapeutic range (AU)
Assuntos
Humanos , Monitoramento de Medicamentos/efeitos adversos , Transtorno Bipolar/patologia , Ácido Valproico/administração & dosagem , Ácido Valproico/uso terapêutico , Ácido Valproico/efeitos adversos , FarmacocinéticaRESUMO
Objetivo: Revisión bibliográfica del monitoreo de los fármacos utilizados en el tratamiento de la bipolaridad y las recomendaciones que de allí se derivan para su aplicación en el ámbito de la asistencia clínica de pacientes con patología bipolar. Método: Búsqueda en medline y medscape desde 1998 hasta mayo 2011 de los siguientes términos: monitoreo, valproato, lamotrigina, carbamacepina, gabapentina, topiramato, antiepilépticos, trastornos bipolares, interacciones farmacológicas y eventos adversos. Fueron consultadas las guías de tratamiento (CANMAT: Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments, update 2009), aprobaciones de la FDA (Food and Drug Administation, EEUU) y recomendaciones de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Resultados: Los fármacos para los cuales se halló evidencia documentada en bipolaridad, hasta el momento son: valproato, lamotrigina y carbamacepina; no habiendo evidencia que avale el uso de gabapentina o topiramato. Los principales eventos adversos de los antiepilépticos son los del sistema nervioso; requieren evaluación clínica, ya que carecen de un laboratorio específico. Constituye una excepción la hiperamoniemia producida por valproato que puede medirse en el laboratorio y ser causa de encefalopatía o asociarse, con más frecuencia, a trastornos cognitivos. El monitoreo de valproato está recomendado, así como el de amonio. El monitoreo de lamotrigina podría ser útil. La titulación debe ser lenta, para disminuir riesgo de rash potencialmente fatal. Considerar el inicio del tratamiento con monodroga. Se recomienda el monitoreo de carbamacepina y en caso de polifarmacia: el monitoreo del epóxido de carbamacepina. En los tres fármacos considerar interacciones y la posibilidad de toxicidad aún dentro del rango terapéutico
Objective: Literature review of monitoring of AEDs used in the treatment of bipolarity and the recommendations arising from there for use in the field of clinical care of patients with bipolar disease. Method: Search Medscape and medline from 1998 to May 2011 of the following terms: monitoring, valproate, lamotrigine, carbamazepine, gabapentin, topiramate, antiepileptics, bipolar disorders, drug interactions and adverse events. having consulted in addition to treatment guidelines Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments, update 2009 (CANMAT), approvals of the Food and Drug Administration, USA (FDA) and recommendations of the American Psychiatric Association (APA). Results: Drugs with documented evidence for use in bipolar disorder are: valproate, lamotrigine and carbamazepine, there being no evidence to support the use of gabapentin or topiramate. It is important to consider that the main adverse effects of antiepileptic drugs (AEDs) develop in the Nervous System. These symptoms require clinical evaluation, since they lack a specific laboratory, except hyperammonemia: a parameter measurable in the laboratory, produced by valproate that is associated with encephalopathy and cognitive disorders. Valproate monitoring is recommended, as well as ammonium. Monitoring of lamotrigine may be useful. The titration should be slow always, to avoid risk of potentially fatal rash. Consider, where possible, the beginning of treatment with single drug. Carbamazepine monitoring is recommended and in case of polypharmacey: the monitoring of carbamazepine epoxide becomes useful. In all cases should be evaluated possible interactions and their mechanisms to have in mind the possibility of toxicity symptoms even with plasma dosages within the therapeutic range