RESUMO
El consumo de cocaina ha adquirido proporciones epidemiológicas en los EEUU. Actualmente en nuestro país, sitio de paso de la droga, un 10 por ciento es retenida para su consumo, calculandose que un 80 por ciento de los drogadictos utilizan este alcaloide. Presentamos 13 paciente, 9 hombres y 4 mujeres con edades que oscilan entre 19 y 43 años que presentaron sintomatología por consumo de cocaína. Siete pacientes presentaron convulsiones y en uno de ellos se asociaron ausencias. Cuatro casos sufrieron accidentes cerebrovasculares, 2 de ellos isquémico y los otros hemorrágico, secundario a ruptura de malformaciones vasculares. Un paciente presentó fallas mnésicas severas y otro crisis distónicas paroxísticas. Todo menos uno consumían la cocaína por vía nasal y salvo 2 pacientes, el resto utilizaba otras drogas. El consumo concomitante de etanol era una práctica frecuente. La discontinuidad en el consumo del acaloide provó mejoría en las crisis epilépicas durante el período de seguimiento, salvo en el paciente con ausencias. El paciente con fallas mnésicas evidenció una marcada mejoría al cabo de 4 años de suspendida la cocaína. La paciente con crisis distónicas paroxísticas, al cabo de 2 años de haber suprimido la droga, persistía con el cuadro distónico. En 11 casos hubo una relación temporal entre el consumo de cocaína y la sintomatología neurológica, mientras que en los 2 restantes se debería al consumo crónico. Esto se debe a cambios farmacológicos y eventualmente estructurales en el sistema nervioso central. La frecuencia de estos casos, otrora excepcionales en nuestro medio, ha aumentado sensiblemente, obligando a considerar el consumo de este alcaloide en el enfoque diagnóstico de pacientes jóvenes con eventos neurológicos (AU)
Assuntos
Humanos , Masculino , Feminino , Adolescente , Adulto , Transtornos Relacionados ao Uso de Substâncias/complicações , Cocaína , Manifestações Neurológicas , Alcoolismo/complicações , Parestesia , Coma , Distonia , Tomografia Computadorizada por Raios XRESUMO
El consumo de cocaina ha adquirido proporciones epidemiológicas en los EEUU. Actualmente en nuestro país, sitio de paso de la droga, un 10 por ciento es retenida para su consumo, calculandose que un 80 por ciento de los drogadictos utilizan este alcaloide. Presentamos 13 paciente, 9 hombres y 4 mujeres con edades que oscilan entre 19 y 43 años que presentaron sintomatología por consumo de cocaína. Siete pacientes presentaron convulsiones y en uno de ellos se asociaron ausencias. Cuatro casos sufrieron accidentes cerebrovasculares, 2 de ellos isquémico y los otros hemorrágico, secundario a ruptura de malformaciones vasculares. Un paciente presentó fallas mnésicas severas y otro crisis distónicas paroxísticas. Todo menos uno consumían la cocaína por vía nasal y salvo 2 pacientes, el resto utilizaba otras drogas. El consumo concomitante de etanol era una práctica frecuente. La discontinuidad en el consumo del acaloide provó mejoría en las crisis epilépicas durante el período de seguimiento, salvo en el paciente con ausencias. El paciente con fallas mnésicas evidenció una marcada mejoría al cabo de 4 años de suspendida la cocaína. La paciente con crisis distónicas paroxísticas, al cabo de 2 años de haber suprimido la droga, persistía con el cuadro distónico. En 11 casos hubo una relación temporal entre el consumo de cocaína y la sintomatología neurológica, mientras que en los 2 restantes se debería al consumo crónico. Esto se debe a cambios farmacológicos y eventualmente estructurales en el sistema nervioso central. La frecuencia de estos casos, otrora excepcionales en nuestro medio, ha aumentado sensiblemente, obligando a considerar el consumo de este alcaloide en el enfoque diagnóstico de pacientes jóvenes con eventos neurológicos