RESUMEN
A mediados del siglo XIX Bichat y Magendi preconizaban un cambio sustancial en la manera de establecer las bases clínicas del diagnóstico precoz (1), el pronóstico y el tratamiento de las enfermedades que podemos considerar como la base de lo que hoy conocemos como medicina basada en la evidencia (MBE) que surgió formalmente hace 20 años en el seno de la gestión sanitaria (2) como método para facilitar la toma de decisiones y consecuentemente racionalizar la práctica clínica. El rápido avance de las técnicas diagnósticas y terapéuticas producido en los últimos años (3) dificulta alcanzar una experiencia personal válida y segura como "patrón" en la toma de decisiones clínicas. De ahí la necesidad de disponer de métodos que faciliten la puesta en práctica con cotidianidad de la MBE. Un método básico es el metaanálisis que, a través de métodos estadísticos, sintetizando los resultados de estudios independientes puede proporcionar estimaciones de los efectos de la atención sanitaria más precisas y conclusiones más contundentes que las derivadas de los estudios individuales incluidos en una revisión tradicional de la literatura médica. El metaanálisis tiene dos objetivos: combinar y resumir los resultados de estudios previos para ajustar los intervalos de confianza de los estimadores de efecto (entre otros el riesgo relativo, y la "odds ratio"), e identificar y explicar inconsistencias en los resultados de investigaciones previas