RESUMEN
El hematoma disecante de aorta (HDA) se define como la disección de la pared aórtica por la sangre, con formación de una nueva luz. Es la patología letal de la aorta más frecuentemente diagnosticada y ocurre con una frecuencia tres veces mayor que la rotura del aneurisma de la aorta abdominal. Nuestro objetivo es presentar siete casos de HDA observados en autopsias, describir los hallazgos anatomopatológicos y comentar la literatura. Los casos estudiados corresponden al Servicio de Patología del Instituto de Medicina Forense de Córdoba, Argentina. Los tejidos fueron fijados en formol al 10 por ciento, incluidos en parafina y coloreados con hematoxilina-eosina, tricrómico de Masson y PAS (Peryodic Acid Schiff). De los siete casos presentados cuatro correspondieron a mujeres (57,1 por ciento) y tres a hombres (42,8 por ciento). Todos los casos estudiados tenían antecedentes de hipertensión arterial. La evolución posible de la disección aórtica incluye: rotura de la adventicia con hemorragia masiva y muerte, comunicación nuevamente con la luz aórtica, propagación al ostium coronario, isquemia de órganos y la formación de un aneurisma.
Dissecting aortic hematoma (DAH) is defined as the dissection of the aortic wall by the blood, with formation of a new light. It is the deadliest disease of the aorta and occurs more frequently diagnosed at a rate three times greater than the ruptured aneurysm of the abdominal aorta. Our goal is to present seven cases of DAH observed in autopsies, describe the autopsy findings and comment on the literature. All cases studied belong to the Department of Pathology, Institute of Forensic Medicine of Cordoba, Argentina. The tissues were fixed in 10 percent formalin, embedded in paraffin and stained with hematoxylin-eosin, Masson trichrome and PAS (Peryodic Acid Schiff). Of all the cases studied, four were women (57.1 percent) and three men (42.8 percent). All had a history of hypertension. Evolution of aortic dissection may include: failure of the adventitia with massive hemorrhage and death, again communication with the aortic lumen, spread the coronary ostium, organ ischemia and aneurysm formation.