RESUMEN
Propósito: a la fecha sigue sin haber pruebas en cuanto a los resultados del uso de dispositivos para arritmias ventriculares en pacientes añosos, y menos aun para indicaciones de prevención primaria. La finalidad del estudio fue describir la evolución en términos de la eficacia y seguridad de la terapia con cardiodesfibriladores implantables (CDI) en una gran cohorte de pacientes añosos. Métodos y resultados: estudio multicéntrico retrospectivo realizado en 15 hospitales españoles. Se incluyeron pacientes consecutivos referidos para implante de CDI antes de 2011. Se consideró que 162 de los 1.174 pacientes (13,8%) con 75 años o más eran “añosos”. Comparado con aquellos pacientes <75 años, este subgrupo presentaba más comorbilidades como hipertensión, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y falla renal, y más internaciones previas debido a insuficiencia cardíaca (IC). A lo largo de una media de seguimiento de 104,4 ± 3,3 meses, fallecieron 162 pacientes (14%), 120 de los más jóvenes (12,4%) y 42 (24,4%) de los añosos. El análisis de Kaplan-Meier mostró un aumento de la probabilidad de morir con el aumento de la edad (17, 24, 28, y 69% a los 12, 24, 48, y 60 meses de seguimiento en el grupo de pacientes añosos). No hubo diferencias entre la tasa de intervenciones con CDI apropiadas o inapropiadas. Conclusión: en el mundo real, los pacientes añosos constituyen ~15% de los implantes de CDI para prevención primaria de la muerte súbita cardíaca (MSC). Si bien la tasa de terapias apropiadas es similar en los diferentes grupos, el beneficio de CDI se ve atenuado por un mayor aumento del riesgo de mortalidad entre los pacientes que son mayores de 75 años al momento del implante.
RESUMEN
Introducción y objetivos: La hiponatremia es un factor de mal pronóstico en pacientes con insuficiencia cardiaca. Nuestro objetivo fue valorar el impacto de la hiponatremia en la evolución de los pacientes sometidos a implante de desfibrilador en prevención primaria. Método: Se trata de un estudio observacional retrospectivo multicéntrico en el que se valoró la natremia periimplante y los eventos adversos (la mortalidad de cualquier causa y la cardiovascular, el primer ingreso por insuficiencia cardiaca, la primera terapia apropiada e inapropiada del desfibrilador), en una cohorte española sometida a implante de desfibrilador en la prevención primaria. Se comparó la hiponatremia ligera (Na ≤ 135 mEq/l) y la moderada-severa (Na ≤ 131 mEq/l) respecto a la ausencia de la hiponatremia. Resultados: Un total de 725 pacientes, con un valor medio de sodio en la sangre periimplante de 139 ± 3,6 mEq/l y un tiempo medio de seguimiento de 34,1 ± 18,5 meses. En los pacientes con Na ≤ 135 mEq/l (n = 105) se observó una mayor incidencia de primer ingreso por insuficiencia cardiaca (odds ratio: 1,701; p = 0,031). En los pacientes con hiponatremia moderada-severa (n = 18) se observó mayor mortalidad total (hazard ratio; 3,552; p = 0,002) y mayor mortalidad cardiovascular (hazard ratio: 4,24; p = 0,003). Ninguno de los grados de la hiponatremia estudiados se asoció con mayor incidencia de terapias apropiadas o inapropiadas. Conclusiones: La hiponatremia ligera en el momento del implante de un desfibrilador se asocia a una mayor incidencia de ingreso por insuficiencia cardiaca en el seguimiento, mientras que en el caso de una hiponatremia moderada-severa, se asocia a un riesgo de muerte 4 veces mayor.
Introduction and objectives: Hyponatremia is a prognostic factor in patients with heart failure. Our objective was to assess the impact of hyponatremia in the evolution of patients undergoing cardioverter implantation in primary prevention. Method: This is a multicenter retrospective observational study in which serum sodium periimplant and adverse events (all-cause and cardiovascular mortality, first admission for heart failure, first appropriate and inappropriate therapy) were assessed in a Spanish cohort receiving cardioverter in primary prevention. Patients with mild hyponatremia (Na ≤ 135 mEq/L) and those with moderate to severe hyponatremia (Na ≤ 131 mEq/L) were compared to those without hyponatremia. Results: 725 patients, with a mean value of sodium in blood peri-implant of 139 ± 3.6 mEq/L and a mean follow-up was 34.1 ± 18.5 months. In patients with Na ≤ 135 mEq/L (n = 105), an increased incidence of first admission for heart failure was observed (Odds Ratio: 1.701; P = .031). In patients with moderate to severe hyponatremia (n = 18), higher total mortality (Hazard Ratio: 3.552; P = .002) and increased cardiovascular mortality (Hazard Ratio: 4.24; P = .003) were observed. None of those values of hyponatremia were associated with increased incidence of appropriate or inappropriate therapies Conclusions: Mild hyponatremia at the time of cardioverter implantation is related with a higher incidence of hospitalization for heart failure during follow-up, while moderate to severe hyponatremia increases the risk of death during follow-up.
Asunto(s)
Humanos , Desfibriladores , Hiponatremia , Prevención Primaria , Insuficiencia CardíacaRESUMEN
INTRODUCTION: Little is known about the prevalence of electrical storm, baseline characteristics and mortality implications of patients with implantable cardioverter defibrillator in primary prevention versus those patients without electrical storm. We sought to assess the prevalence, baseline risk profile and survival significance of electrical storm in patients with implantable defibrillator for primary prevention. METHODS: Retrospective multicenter study performed in 15 Spanish hospitals. Consecutives patients referred for desfibrillator implantation, with or without left ventricular lead (at least those performed in 2010 and 2011), were included. RESULTS: Over all 1,174 patients, 34 (2,9%) presented an electrical storm, mainly due to ventricular tachycardia (82.4%). There were no significant baseline differences between groups, with similar punctuation in the mortality risk scores (SHOCKED, MADIT and FADES). A clear trigger was identified in 47% of the events. During the study period (38±21 months), long-term total mortality (58.8% versus 14.4%, p<0.001) and cardiac mortality (52.9% versus 8.6%, p<0.001) were both increased among electrical storm patients. Rate of inappropriate desfibrillator intervention was also higher (14.7 versus 8.6%, p<0.001). CONCLUSIONS: In the present study of patients with desfibrillator implantation for primary prevention, prevalence of electrical storm was 2.9%. There were no baseline differences in the cardiovascular risk profile versus those without electrical storm. However, all cause mortality and cardiovascular mortality was increased in these patients versus control desfibrillator patients without electrical storm, as was the rate of inappropriate desfibrillator intervention.