RESUMEN
Contexto: en el marco de la salud pública en Colombia, se ha presentado un aumento significativo de personas que son diagnosticadas con enfermedad renal crónica y que requieren de comenzar algún tipo de terapia de reemplazo renal y sostenimiento. También se presentan otras patologías que disminuyen el nivel de calidad de vida de los pacientes como cáncer, insuficiencias cardiacas y diferentes tipos de demencias. Objetivo: los modelos tradicionales de atención de la enfermedad renal deben actualizarse y considerar, dentro de sus protocolos, el reconocimiento de la vida y la muerte digna como elementos que emergen dentro de la condición de salud-enfermedad de los pacientes; si esto se aborda de manera temprana, es posible prevenir hospitalizaciones con estancias prolongadas, así como alteraciones del estado del ánimo y otras complicaciones que pueden aumentar y acelerar la morbimortalidad de los pacientes. Metodología: este artículo nace a partir de la experiencia en la atención directa de pacientes con enfermedad renal crónica avanzada en un centro de cuidado renal de la ciudad de Medellín (Colombia) durante 7 años y de la revisión teórica de diferentes textos y artículos que se encuentran las bases de datos como Pubmed, Scopus, EBSCO, Dialnet, SciELO, entre otras. Resultados: se ofrece una propuesta de elementos para evaluar la condición de salud enfermedad del paciente por parte de un equipo interdisciplinario, liderado por el nefrólogo, para el diseño de la ruta de atención más adecuada en términos de costo-beneficio para el paciente y su familia y que estos tomen decisiones basadas en la información. Conclusiones: invertir en un programa de atención primaria en cuidados paliativos y al final de la vida de forma temprana resulta beneficioso para el paciente. El inicio de un programa de cuidados al final de la vida no significa renunciar o suspender el tratamiento dialítico; en su lugar, busca que la atención brindada se centre en las necesidades del paciente y en el adecuado control de los síntomas que se pueden presentar cuando se inicia la etapa de final de la vida.
Background: In the context of public health in Colombia, there has been a significant increase in the number of people diagnosed with chronic kidney disease and who require starting some type of renal replacement therapy and support. There are also other pathologies that reduce the quality of life of patients, such as cancer, heart failure and different types of dementia. Purpose: Traditional models of renal disease care should be updated and consider, within their protocols, the recognition of life and dignified death as elements that emerge within the health-disease condition of patients; if this is addressed early, it is possible to prevent hospitalizations with prolonged stays, as well as mood alterations and other complications that can increase and accelerate the morbimortality of patients. Methodology: This article is based on experience in the direct care of patients with advanced chronic kidney disease in a renal care center in the city of Medellin (Colombia) for 7 years and on the theoretical review of different texts and articles found in databases such as Pubmed, Scopus, EBSCO, Dialnet, SciELO, among others. Results: We offer a proposal of elements to evaluate the patient's health-disease condition by an interdisciplinary team, led by the nephrologist, for the design of the most adequate route of care in terms of cost-benefit for the patient and his family and for them to make decisions based on the information. Conclusions: Investing in a primary care program in palliative and end-of-life care early is beneficial for the patient. Initiating an end-of-life care program does not mean giving up or suspending dialysis treatment; instead, it seeks to focus the care provided on the patient's needs and on the adequate control of the symptoms that may occur when the end-of-life stage begins.