RESUMEN

INTRODUCTION: The management of active bleeding with haemodinamic lability in the paediatric trauma patient is difficult and generally leads to damage control surgery. Vascular Interventional Radiology (VIR) techniques are useful for the diagnosis as for the definitive treatment. AIM: The aim of our study was to describe our experience and evaluate effectiveness of VIR in the management of the paediatric trauma patient with active bleeding signs. METHODS: Retrospective analysis (2003-2014) of politraumatic patients who showed contrast blush on computed tomography and then treated by VIR techniques. RESULTS: In the reported study period 16 patients underwent VIR procedures. Medium age was 13 years (5-17). The most frequent lesion mechanism was traffic accident (8 out of 17) and 93,75% were blunt traumas. Findings on initial Computed Tomography were 12 contrast blushes and 2 absences of arterial flow. In 2 cases the contrast blush appeared 48 hours after the accident. Arteriography allowed us to localize the bleeding vessels in all the cases, performing selective or supraselective renal (7), pelvic (5), hepatic (3), splenic (1) and intercostal (1) embolization. One patient required an endoprothesis for renal revascularization. Two cases needed additional surgical procedures (2 nephrectomies) because of complete section of the renal artery (1) and disruption of the ureteropelvic junction (1). One case required hemofiltration in relation to rhabdomyolysis. CONCLUSION: In our experience VIR is a valuable diagnostic and therapeutic procedure for the management of paediatric trauma patients, with high effectiveness and a low complication rate.

INTRODUCCION: El tratamiento del sangrado activo en niños politraumatizados con labilidad hemodinámica es difícil y generalmente obliga a realizar una cirugía de control de daños. La aplicación de técnicas de Radiología Vascular Intervencionista (RVI) ayuda al diagnóstico y tratamiento definitivo. OBJETIVO: Describir nuestra experiencia y valorar la eficacia de la RVI en el tratamiento del paciente traumático pediátrico con signos de sangrado activo. MATERIAL Y METODO: Análisis retrospectivo (2003-2014) de los pacientes politraumatizados tratados mediante RVI en los cuales la AngioTC mostraba fuga de contraste o ausencia de captación. RESULTADOS: En el periodo de estudio se trataron 16 pacientes, con una media de edad de 13 años (5-17). El mecanismo lesional más frecuente fue el accidente de tráfico. El 93,75% fueron traumatismos cerrados. Los hallazgos de la angioTC inicial fueron 12 sangrados activos, 2 ausencias de flujo arterial. Dos sangrados se produjeron a las 48 horas del trauma. La arteriografía permitió localizar los vasos sangrantes, realizándose embolización selectiva o supraselectiva a nivel renal (7), pélvico (5), hepático (3), esplénico (1) e intercostal (1). Un paciente preciso revascularización renal con endoprótesis. Un paciente requirió nefrectomía urgente tras la angiografía por avulsión arterial completa y en 1 caso se realizó nefrectomía a las 48 horas por fuga de contraste y disrupción de la unión pieloureteral. En un caso se observó rabdomiólisis como complicación que requirió hemofiltración. CONCLUSION: La RVI constituye un procedimiento diagnóstico y terapéutico en el abordaje del paciente pediátrico traumático, con alta efectividad y escasas complicaciones, siendo una herramienta fundamental en un centro de trauma pediátrico.

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Introducción. El tratamiento del sangrado activo en niños politraumatizados con labilidad hemodinámica es difícil y generalmente obliga a realizar una cirugía de control de daños. La aplicación de técnicas de Radiología Vascular Intervencionista (RVI) ayuda al diagnóstico y tratamiento definitivo. Objetivo. Describir nuestra experiencia y valorar la eficacia de la RVI en el tratamiento del paciente traumático pediátrico con signos de sangrado activo. Material y método. Análisis retrospectivo (2003-2014) de los pacientes politraumatizados tratados mediante RVI en los cuales la AngioTC mostraba fuga de contraste o ausencia de captación. Resultados. En el periodo de estudio se trataron 16 pacientes, con una media de edad de 13 años (5-17). El mecanismo lesional más frecuente fue el accidente de tráfico. El 93,75% fueron traumatismos cerrados. Los hallazgos de la angioTC inicial fueron 12 sangrados activos, 2 ausencias de flujo arterial. Dos sangrados se produjeron a las 48 horas del trauma. La arteriografía permitió localizar los vasos sangrantes, realizándose embolización selectiva o supraselectiva a nivel renal (7), pélvico (5), hepático (3), esplénico (1) e intercostal (1). Un paciente preciso revascularización renal con endoprótesis. Un paciente requirió nefrectomía urgente tras la angiografía por avulsión arterial completa y en 1 caso se realizó nefrectomía a las 48 horas por fuga de contraste y disrupción de la unión pieloureteral. En un caso se observó rabdomiólisis como complicación que requirió hemofiltración. Conclusión. La RVI constituye un procedimiento diagnóstico y terapéutico en el abordaje del paciente pediátrico traumático, con alta efectividad y escasas complicaciones, siendo una herramienta fundamental en un centro de trauma pediátrico

Introduction. The management of active bleeding with haemodinamic lability in the paediatric trauma patient is difficult and generally leads to damage control surgery. Vascular Interventional Radiology (VIR) techniques are useful for the diagnosis as for the definitive treatment. Aim. The aim of our study was to describe our experience and evaluate effectiveness of VIR in the management of the paediatric trauma patient with active bleeding signs. Methods. Retrospective analysis (2003-2014) of politraumatic patients who showed contrast blush on computed tomography and then treated by VIR techniques. Results. In the reported study period 16 patients underwent VIR procedures. Medium age was 13 years (5-17). The most frequent lesion mechanism was traffic accident (8 out of 17) and 93,75% were blunt traumas. Findings on initial Computed Tomography were 12 contrast blushes and 2 absences of arterial flow. In 2 cases the contrast blush appeared 48 hours after the accident. Arteriography allowed us to localize the bleeding vessels in all the cases, performing selective or supraselective renal (7), pelvic (5), hepatic (3), splenic (1) and intercostal (1) embolization. One patient required an endoprothesis for renal revascularization. Two cases needed additional surgical procedures (2 nephrectomies) because of complete section of the renal artery (1) and disruption of the ureteropelvic junction (1). One case required hemofiltration in relation to rhabdomyolysis. Conclusion. In our experience VIR is a valuable diagnostic and therapeutic procedure for the management of paediatric trauma patients, with high effectiveness and a low complication rate

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