RESUMEN
Background: There is substantial evidence about comorbidity between eating disorders and obsessive-compulsive disorder. Aim: To compare the presence of obsessions and/or compulsions and its prevalence in eating disordered patients and normal subjects. Subjects and methods: A structured clinical interview, the Eating Altitudes Test (EAT-40), the Eating Disorder Inventory (EDI), and the Yale-Brown Obsessive-Compulsive Scale (Y-BOCS) were administered to 54 patients who fulfilled the DSM-IV diagnostic criteria for eating disorders and to 54 normal female students. Results: Patients with eating disorders scored significantly higher on the EAT-40 and on the EDI and its factors, induding the comorbidity scale (p<0.001). Prevalence of obsessive-compulsive symptoms within a moderate and/or severe degree was significantly higher in eating disordered patients (26 percent versus 1. 9 percent) (p<0.001), particularly among anorexic patients (33.3 percent) (p= 0.009). Y-BOCS and its subscale Y-BCS emerge as the best indicators of eating disorders and correlated significantly with the EDI items drive for thinness, interoceptive awareness, bulimia, body dissatisfaction and ineffectiveness (p< 0.05). Conclusions: Obssesive-compulsive symptoms and their prevalence rates are confirmed according to the evidence in eating disordered patients, mainly among patients suffering from anorexia nervosa that scored higher within moderate and severe degrees.
Antecedentes: Existe considerable evidencia sobre la comorbilidad entre trastornos de la conducta alimentaria y trastorno obsesivo-compulsivo. Objetivo: Comparar la presencia de trastorno obsesivo-compulsivo y sus prevalencia, en mujeres con y sin patologías alimentarias. Sujetos y Métodos: Se administró una entrevista clínica estructurada, el Test de Actitudes Alimentarias (EAT-40), el Inventario de Desórdenes Alimentarios (EDI), la Escala de Obsesividad-Compulsividad de Yale-Brown (Y-BOCS) a 54 pacientes que satisficieron los criterios diagnósticos según el DSM-IV para trastornos de la conducta alimentaria y a 54 estudiantes sin problemas alimentarios. Resultados: Los puntajes de todos los indicadores, incluidas las escalas de comorbilidad, fueron más altos en las pacientes (p < 0,001). La prevalencia síntomas obsesivo-compulsivos de grado moderado y/o superior fue significativamente mayor en las pacientes alimentarias (26 por ciento versus 1, 9 por ciento) (p < 0,001), particularmente en las pacientes anorécticas (33,3 por ciento) (p = 0,009). La escala Y-BOCS y la subescala Y-BCS emergen como los mejores indicadores para discriminar patologías alimentarias y se correlacionaron significativamente con los ítems motivación por la delgadez, consciencia interoceptiva, bulimia, insatisfacción corporal y sentimientos de ineficacia personal (p < 0,05). Conclusiones: Se confirma la presencia y la prevalencia de trastorno obsesivo-compulsivo en los desórdenes alimentarios según la evidencia, principalmente en las pacientes portadoras de anorexia nerviosa que obtuvieron puntajes más altos en los niveles moderado y severo.
Asunto(s)
Humanos , Adulto , Femenino , Trastornos de Alimentación y de la Ingestión de Alimentos/epidemiología , Trastorno Obsesivo Compulsivo/epidemiología , Comorbilidad , Chile/epidemiología , Trastornos de Alimentación y de la Ingestión de Alimentos/diagnóstico , Prevalencia , Pruebas Psicológicas , Índice de Severidad de la Enfermedad , Interpretación Estadística de Datos , Trastorno Obsesivo Compulsivo/diagnósticoRESUMEN
Background: There is substantial evidence about comorbidity between eating disorders, depression and social anxiety. Aim: To compare the presence of social anxiety and depression and its prevalence in eating disordered patients and normal subjects. Subjects and Methods: A structured clinical interview, the Eating Attitudes Test (EAT-40), the Eating Disorder Inventory (EDI), the Liebowitz Social Anxiety Scale (LSAS) and the Hamilton Depression Rating Scale (HDRS) were administered to 54 patients that fulfilled the DSM-IV diagnostic criteria for eating disorders and to 54 normal female students. Results: Patients with eating disorders ranked significantly higher on the EAT-40 and on the EDI and its factors, including comorbidity scales (p < 0.001). Prevalence of social anxiety was significantly higher in eating disordered patients (40. 7 percent versus 3.7 percent) (p < 0.001), particularly among anorexics (66.6 percent) (p < 0,001) and 14.8 percent of the eating disordered patients ranked within the severe range (p < 0.001). Theriskfor moderate to very severe social anxiety was 5.5 times higher among them. Prevalence of depressive symptoms was significantly higher in eating disordered patients (7& 5 percent versus 0 percent) (p < 0.001), specially among anorexics (66.6 percent) (p < 0,001) and 18.5 percent of the eating disordered patients ranked within the severe or very severe range (p < 0.001). The risk for moderate to very severe depression was 23.7 times higher among them. Conclusions: Depressive and/or social anxiety disorders and their prevalence rates are confirmed according to the evidence in eating disordered patients, mainly among patients suffering from anorexia nervosa.
Antecedentes: Existe considerable evidencia sobre la comorbilidad entre trastornos de la conducta alimentaria, depresión y fobia social. Objetivo: Comparar la presencia de ansiedad social y depresión y sus prevalencias, en mujeres con y sin patologías alimentarias. Sujetos y Métodos: Se administró una entrevista clínica estructurada, el Test de Actitudes Alimentarias (EAT-40), el Inventario de Desórdenes Alimentarios (EDI), la Escala de Ansiedad Social de Liebowitz (LSAS) y la Escala de Hamilton para Depresión (HDRS) a 54 pacientes que satisficieron los criterios diagnósticos según el DSM-IVpara trastornos de la conducta alimentaria y a 54 estudiantes sin problemas alimentarios. Resultados: Los puntajes de todos los indicadores, incluidas las escalas de comorbilidad, fueron mßs altos en las pacientes (p < 0,001). La prevalencia de ansiedad social fue significativamente mayor en las pacientes alimentarias (40,7 por ciento versus 3,7 por ciento) (p < 0,001), particularmente en las anorécticas (66,6 por ciento) (p < 0,001) y el 14,8 por ciento de las pacientes con patologías alimentarias obtuvo puntajes en los rangos severo o muy severo (p < 0,001). El riesgo de presentar ansiedad social moderada a muy severa en las pacientes alimentarias fue 5,5 veces mayor. La prevalencia de síntomas depresivos fue significativamente mayor en las pacientes alimentarias (18,5 por ciento versus 0 por ciento) (p < 0,001), especialmente en las anorécticas (66,6 por ciento) (p < 0,001) y 18,5 por ciento de las pacientes con trastornos alimentarios obtuvo puntajes en el rango severo (p < 0,001). El riesgo de presentar depresión moderada a muy severa en las pacientes alimentarias fue 23,7 veces mayor. Conclusiones: Se confirma la presencia y la prevalencia de trastornos depresivos y de ansiedad social en los desórdenes alimentarios según la evidencia, principalmente en las pacientes portadoras de anorexia nerviosa.