RESUMEN
In the last 20 years, Public Health Nutrition focused mainly on the qualitative aspects which may influence the onset of chronic diseases, quality of life, physical and mental performance and life expectancy. This applied knowledge organised as part of preventive and health promotion programs led to the development of Community Nutrition. The aim of Community Nutrition actions is to adequate lifestyles related to food consumption patterns in order to improve the quality of life and contribute to health promotion of the population in the community where programs and services are delivered. Key functions to develop in a Community Nutrition Unit consist in the identification and assessment of nutrition problems in the community as well as the design, implementation and evaluation of intervention programs by means of appropriate strategies. These should aim at different populations groups and settings, such as work places, schools, high risk groups or the general public. Nowadays, Community Nutrition work efforts should focus on three main aspects: nutrition education in schools and in the community; food safety and food security and the development and reinforcement of food preparation skills across all age groups. Social catering services, either in schools, the work place or at the community level, need to ensure adequate nutritional supply, provide foods contributing to healthy eating practices as well as to enhance culinary traditions and social learning. Food safety and food security have become a top priority in Public Health. The concepts referes to the availability of food safe and adequate as well as in sufficient amount in order to satisfy nutrition requirements of all individuals in the community. Social changes along new scientific developments will introduce new demands in Community Nutrition work and individual dietary counselling will become a key strategy. In order to face new challenges, community nutrition pactitioners require a high quality profesional training.
Asunto(s)
Servicios de Salud Comunitaria , Promoción de la Salud , Política Nutricional , Humanos , Ciencias de la Nutrición/educaciónRESUMEN
Fruits and vegetables are particularly interesting for health for their content in minerals, antioxidant vitamins, phytochemicals and dietary fiber. All these substances are related to lower risk for the development of health probems, such as certain types of cancer, cardiovascular diseases, type 2 diabetes, obesity, constipation or diverticolsys. The sound basis of scientific evidence led European and American scientific organizations and societies to recommend an intake up to 150-200 g of vegetables every day; ie. 2 or more portions daily and 3 or more portions of fruit; five portions of fruit and vegetables all together. According to the consumer panel from the Spanish Ministry of Agriculture, Fisheries and Food, between the late 80s and the end of the 90s. consumption of fruit and vegetables decreased. However, in late years this trend has slow down and even reversed. Results from food consumption studies based on individual level assessment in Spain estimate an average consumption of fruit and vegetables of 154 g/per person/day in adults aged 25-60 yr. Prevalence of inadequate intake of fruit and vegetables is high among children and young people. In this age group above 70% of the population consume less than 3 portions of fruit every day on average. Reorientation of prevailing food patterns nowadays require investment in measures aimed at increasing the consumption of plant foods and estimulate healthy food habits in families.
Asunto(s)
Dieta , Frutas , Verduras , Factores de Edad , Conducta Alimentaria , Femenino , Preferencias Alimentarias , Humanos , Masculino , Neoplasias/etiología , Neoplasias/prevención & control , EspañaRESUMEN
The Mediterranean diet has been described as a model from a nutritional and sanitary point of view due to the proportion in which it includes all the food groups. Nevertheless, in the last few years changes in lifestyle have triggered a move away from the recommended intakes in relation to several nutrients. The intake of cereals and vegetables has decreased particularly, while the intake of fats and animal products has increased. The reduced energy expenditure associated with a sedentary lifestyle and the quest for beauty in the form of thinness led to a restricted energy intake. All these changes make it even more difficult to ensure adequate intakes of vitamins and minerals. The Spanish population has problems particularly with vitamins A, D, E, B2, B6 and folic acid, as well as with intake of minerals, which is below recommended values. This problem is most clearly seen in certain groups: women, the elderly, children, gestating and lactating women, ill people, smokers and those under regular medication. Knowing the extent of this reality can be the first step towards the introduction of correcting measures or to initiate campaigns to inform the consumer about the necessary changes in the diet and about the characteristics of the Mediterranean diet which are being lost and should be restored.
Asunto(s)
Dieta Mediterránea , Trastornos Nutricionales , Avitaminosis/prevención & control , Ingestión de Energía , Femenino , Humanos , Masculino , Trastornos Nutricionales/prevención & controlRESUMEN
En los últimos veinte años el interés en la Nutrición en Salud Pública se ha centrado en los aspectos cualitativos que pudieran repercutir en la génesis de las enfermedades crónicas, la calidad de vida, las potencialidades físicas e intelectuales y la longevidad. Estos conocimientos aplicados de manera colectiva en programas de prevención y promoción de la salud dieron lugar al acuño funcional Nutrición Comunitaria. Las actualizaciones en el campo de la Nutrición Comunitaria intentan mejorar los estilos de vida ligados al modelo de consumo alimentario, para contribuir a mejorar el bienestar y a la promoción de la salud de la comunidad en la cual desempeña esta tarea. Las principales funciones a desarrollar en una Unidad de Nutrición Comunitaria consisten en identificar y evaluar problemas nutricionales de la comunidad y diseñar, organizar, implementar y evaluar programas de intervención mediante distintas estrategias, orientados al medio ocupacional, escolar, colectivos de riesgo o población general. Hoy los esfuerzos en el campo de la nutrición comunitaria deben centrarse en tres aspectos clave: la educación nutricional en el medio escolar y comunitario: la seguridad e higiene alimentaria y el refuerzo de las habilidades culinarias en todos los grupos de edad. Los servicios de restauración colectiva social, tanto en el medio escolar como en el marco laboral o comunitario, deben garantizar aportes nutricionales adecuados; fomentar prácticas alimentarias saludables y favorecer la cultura gastronómica y aprendizaje social. La higiene y seguridad alimentaria se ha convertido en una prioridad de Salud Pública. Este concepto incluye una oferta alimentaria segura y adecuada en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades nutricionales de todos los individuos. Los cambios sociales junto con los nuevos avances científicos introducirán nuevas demandas en la nutrición comunitaria y harán que cada día sea más importante el consejo individualizado. Para hacer frente a los nuevos retos, es necesario que los profesionales de la nutrición comunitaria tengan una preparación profesional de gran calidad
Asunto(s)
Educación Alimentaria y Nutricional , Promoción de la Salud , Ciencias de la Nutrición , Salud Pública , VenezuelaRESUMEN
Los datos disponibles sugieren que un porcentaje elevado de niños y jóvenes europeos consumen cantidades insuficientes de frutas y verduras. Las estrategias de promoción de hábitos alimentarios saludables y actividad física en el medio escolar tienen un efecto potencial muy positivo. El proyecto Pro Children tiene como finalidad estimar el consumo de frutas y verduras y sus factores determinantes en niños europeos de 11 años y sus familias. También pretende evaluar la eficacia y viabilidad de un programa de educación nutricional orientado a mejorar el consumo de este grupo alimentario. En la primera fase se realizó un estudio transversal en muestra aleatorias representativas de la población de 11 años de 9 países europeos, contemplando análisis de la ingesta y un cuestionario de evaluación de los determinantes del consumo. Se ha diseñado un programa de intervención nutricional en el medio escolar basado en el modelo "Actitudes, Influencias Sociales y Autonomía: (ASE), con un marco teórico similar pero adaptado al contexto sociocultural de cada uno de los países de intervención. A lo largo de dos cursos escolares se evaluará la eficacia del programa en tres países. Cada punto de intervención aplica el programa en 10 centros docentes y considera otros 10 centros control. La planificación de la intervención se realizó siguiendo un procedimiento de mapeo de intervenciones. Se identificaron las conductas a modificar y sus factores determinantes y se formularon los objetivos educativos. Uno de los componentes destacados de la intervención es el suministro de fruta y verdura en el colegio. El programa consta de fichas de actividades para el aula; actividades con la familia; un programa informático de consejo nutricional para los niños y un componente de refuerzo comunitario a elegir para los tres países participantes entre programa de salud escolar; programa en tiendas de alimentación o implicación de los medios de comunicación de masas. A pesar de la diversidad cultural y social, es posible diseñar estrategias similares de intervención con el fin de fomentar el consumo de frutas y verduras en la población escolar. La adpatación a las situaciones específicas favorecerá un mayor éxito
Asunto(s)
Humanos , Masculino , Adolescente , Femenino , Niño , Educación Alimentaria y Nutricional , Frutas , Conducta Alimentaria , Alimentación Escolar , Verduras , Ciencias de la NutriciónRESUMEN
El grupo de las frutas, verduras y hortalizas es especialmente interesante por su estructura, abundante contenido en minerales, vitaminas antioxidantes, agentes fitoquímicos y fibra dietética. Todas esas sustancias están relacionadas con una menor frecuencia en el desarrollo de problemas de salud como algunos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes, estreñimiento, obesidad o diverticulosis. Estas evidencias científicas han impulsado que distintos organismos y sociedades científicas europeas y norteamericanas sugieran unos perfiles de consumo en torno a los 150-200 g de verduras y hortalizas al día; esto es dos o más raciones diarias y 3 o más raciones o piezas al día. En España, los datos del panel de consumo del Ministerio de Agricultura reflejan que desde fines de la década de 1980 hasta finales de los años 90 se produjo un descenso continuado en el consumo de frutas y verduras. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia parece haberse detenido e incluso se ha experimentado una cierta recuperación. A partir de los estudios de consumo individual se estima un consumo medio de verduras y hortalizas cercano a los 154 g/persona/día en la población adulta española entre 25 y 60 años. El riesgo de ingesta inadecuada para este grupo alimentario es muy importante en los niños y jóvenes, grupo de edad en el que más del 70 por ciento del colectivo no alcanza la frecuencia de consumo recomendada (3 ó más piezas o raciones al día). La reorientación de la estructura actual de la dieta pasa por incentivar algunas medidas que potencien un mayor consumo de alimentos de orígen vegetal y que estimulen la planificación de un proyecto familiar de alimentación saludable
Asunto(s)
Ingestión de Alimentos , Preferencias Alimentarias , Frutas , Verduras , Ciencias de la NutriciónRESUMEN
La dieta mediterránea, por la proporción en la que incluye los distintos alimentos ha sido descrita como un modelo seguir desde el punto de vista nutricional y sanitario. Sin embargo los cambios que han produido en los últimos años han condicionado un paulatino alejamiento entre la ingesta real y la recomendada, en relación con diversos nutrientes. Concretamente ha ido disminuyendo el consumo de cereales y verduras, mientras que ha aumentado el consumo de grasas y alimentos de origen animal. La disminución del gasto enérgico asociado al sedentarismo y la búsqueda de un patrón estético de delgadez llevan a restringir la ingesta energética. Todas estas modificaciones hacen que caeda vez resulte más díficil conseguir aportes adecuados de vitaminas y minerales. En la población española el problema es especialmente evidente en relación con las vitaminas A, D, E, B2, B6 y fólico, también la ingesta de minerales es con frecuencia inferior a la recomendada. El problema es especialmente evidente en algunos grupos de población: mujeres, ancianos, niños, gestantes, lactantes, enfermos, fumadores y consumidores habituales de fármacos. Conocer esta realidad puede servir como un primer paso para introducir medidas correctoras o para iniciar campañas encaminadas a transmitir a la población los cambios que resultan más deseables y las características de la dieta mediterránea que se están perdiendo y es necesario recuperar